jueves, 12 de julio de 2012

Educación razonada y sin estrés

"Hay que hablar a los niños razonadamente, y explicarles las cosas, nunca dar órdenes..."

No se puede decir, por ejemplo: «vete a la cama, niño», sino: «Mira, niñito, mañana hay que trabajar, llevas saltando en la cama desde las ocho de la tarde... y ya son las cinco de la mañana ¿no crees que es hora de acostarte, monín?, así podremos dormir todos y trabajar y tú podrás ir al colegio para aprender mucho, etc, etc,».

Lo importante es que el niño no se traume, que si se trauma está la cosa mala, porque entonces será un fracasado escolar y un delincuente.

Este modelo se explica con todas las letras entre gente cabal y no caen en que es precisamente el modelo del fracaso social, el modelo de la crisis general.
  • El niño no aprende jerarquías: es decir no aprende algo tan básico como una verdad clara y distinta como "en esta casa mando yo"
  • El niño piensa que hará las cosas si quiere, es decir, si las razones que le muestran son del todo convicentes.
  • El niño no aprende que hay un orden natural, sino que es él el que pone las normas, el que decide en todo momento lo que se hace
  • Al niño se le deja claro que sus padres no mandan en su propia casa, sino que es una fuerza superior, la razón, la que les domina y domina a él y que de vez en cuando se liberan. (porque yo no me creo que haya alguien tan imbécil para educar a su hijo siempre con razones, es decir, que a la quinta negativa...)
  • Se hace suponer que sus padres no son libres, sino que están obligados por la razón, y para el niño sano los padres son seres absolutos, autónomos, que no tienen mancha, etc.
  • Se hace suponer que la razón es mejor que el corazón. Cosa que no es del todo correcta. Hay muchas cosas que hago porque quiero aunque sean racionalmente absurdas, por ejemplo, ecribir en este blog.
  • No se forja el carácter del niño a hacer cosas que no quiere hacer, sino que se le hace querer las cosas que hace.
  • El niño se convierte en un dictador, pues no tiene el carácter formado en absoluto y, por lo tanto, no le queda otra más que dominar a sus padres a través de la negativa o no a actuar como ellos pretenden.
En definitiva que los padres tienen que mandar y los niños obedecer y, poco a poco, según vaya surgiendo la razón, aprendiendo la jerarquía de las cosas, el valor de la renuncia, el valor del no hacer lo que uno quiere en cada momento, etc. sólo entonces el niño puede actuar libremente y racionalmente. En todo caso comprenderá las razones después o no las comprenderá, pero lo enseñará a sus hijos.

Lo que no puede ser es que cada padre tenga que explicar las razones del obrar, primero porque no las conoce de verdad, segundo porque no las entiende el chico y tercero porque aunque uno las conozca y otro las entienda la relación entre los dos no puede ser de compañeros que se convencen sino de jerarquía.


Autoestima, razones, no-frustración, no-fracaso, sentimentalismo, etc. generan esta sociedad en la que cada uno hace lo que quiere y nadie quiere nada bueno.




[Quizá tenga que ver algo con que las mujeres tengan 1,32 hijos y no 5,71. Lo que está claro es que este modelo de educación excluye a las familias numerosas, pero hablemos a la mayoría].

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