Juan Jacobo Rousseau (1712-1778)

1. VIDA Y OBRA

Rousseau nació en 1712 en Ginebra, su madre muere el 7 de julio del mismo año. En 1722 su padre lo abandona y pasa a ser educado en casa del ministro Lambercier. Entre 1724 y 1725 regresa a Ginebra, y en 1728, tras huir de nueva de esa ciudad, abandona el protestantismo y es bautizado como católico.

En 1732 es maestro de música en Chambêry, y entre 1740 y 1741 trabajó como preceptor en Lyon, puesto que abandona en 1742; en este mismo año, presenta a la Academia de las ciencias una comunicación sobre un nuevo método de notación musical, Proyecto de nuevos signos para la música, escribe su ópera Descubrimiento del nuevo mundo y se traslada a París. Entre 1743 y 1744 escribe su Disertación sobre la música francesa y entra como secretario de Dupin (un recaudador de impuestos), empieza a componer su ópera Las musas galantes, trabaja como embajador en Venecia y regresa a París tras repetidos enfrentamientos con el embajador.

Entre 1744 y 1749 comienza una relación con Teresa Levaseur (abandona en la inclusa a los cinco  hijos fruto de esta relación). Se mueve en sociedad, conoce a una mujer muy importante para él: la señora Epinay. Inicia su amistad con Diderot y colabora con la Enciclopedia con artículos sobre música.

En Octubre de 1749 se produce un acontecimiento al que Rousseau denomina “la iluminación de Vincennes”: cuando iba a visitar a Diderot, preso en la cárcel de Vincennes, lee en la revista Mercurio el tema propuesto por la Academia de Dijon para el Premio de moral de 1750: “si el progreso de las ciencias y las artes ha contribuido a corromper o a mejorar las costumbres”. Esto le lleva a escribir su primer ensayo: Discurso sobre las artes y las ciencias, premiado en Dijon y publicado en 1750.

Entre febrero y marzo de 1751 polemizó con los criticaban su Discurso, en 1752 publica su obra de teatro El adivino de aldea, y en 1753 el Mercurio publica el nuevo tema de la Academia de Dijon: “cuál es el origen de la desigualdad de los hombres y si se justifica por la ley natural”, concursó al que Rousseau dedica todos sus esfuerzos.

En 1755 regresa a Ginebra y al protestantismo, recobra su condición de ciudadano, publica su Discurso sobre el origen y el fundamento de la desigualdad entre los hombres, obra que junto a su artículo “Economía política” se publica en 1755.

En este momento publica sus obras más importantes: Carta a Voltaire sobre la Providencia (1756), Carta a D’alambert sobre los espectáculos (1758), El contrato Social (1762), Emilio o de la Educación (1762).

Estas dos últimas obras fueron censuradas y condenadas por el despiadado tribunal liberal de justicia del Parlamento de París. En 1766 le expulsan de varias ciudades francesas y se traslada a Inglaterra, ayudado por Hume, y allí comienza la primera parte de sus Confesiones. Entre 1766 y 1778 se acrecenta su manía persecutoria y cambiará constantemente de residencia terminará sus Confesiones y comienza la redacción de sus Ensoñaciones de un paseante solitario, obra que deja inacabada.

2. SUS IDEAS


[Rousseau no es un filósofo, es un pensador. No tiene un sistema de filosofía, una metafísica, una teoría del conocimiento propias y lo que hace (no es posible pensar sin metafísica) es cogerlas prestadas de los filósofos de su tiempo: un poco de Kant, un poco de Hume, un poco del ambiente.

Pretende hacer filosofía práctica sin filosofía teórica y así le sale, es decir, mezcla ideas y no tiene un pensamiento coherente del que puedan deducirse sus ideas, por eso es un pensador “peculiar”]
ROUSSEAU, UN PENSADOR PECULIAR

Rousseau no perteneció a ninguna escuela, eso le hace un pensador peculiar, se opuso a las modas y a las más profundas convicciones de su siglo y se acabó enfrentando a grandes figuras como Diderot o Voltaire. La diversidad de los problemas que abordó a lo largo de su vida, la gran variedad de estilos literarios utilizados, la falta de unidad y sistematicidad de su obra, hacen que sea difícil la correcta interpretación de su obra.

Si los temas de la Ilustración se pueden resumir en dos: “atrévete a pensar” y atrévete a servirte de tu propio entendimiento, Rousseau encarna el papel del ilustrado ejemplar. En cambio si consideramos que el ilustrado que ve a las ciencias como la clave del progreso de la humanidad, y que el desarrollo de la ciencia y la difusión del saber traerán consigo la felicidad y la virtud, Rousseau no se encuentra en la ilustración, no comparte estos postulados.




UN ILUSTRADO CRÍTICO DE LA ILUSTRACIÓN
Fue un crítico con la época que le tocó vivir. Lejos de quedar deslumbrado por el “siglo de las luces”, Rousseau denunció que bajo el esplendor ilustrado se ocultaban las grandes cadenas de hierro (falta de libertad, desigualdad, injusticia…). Para Rousseau hay dos ideas fundamentales:


1. La civilización no hace necesariamente mejor a la humanidad, y

2. La humanidad aspira aspira y debe aspirar a la justicia, la libertad y la igualdad

La tarea que se autoimpone es la siguiente:

Artículo elaborado por Juan Díaz, con anotaciones y arreglos de JB
1. Primero criticar ese planteamiento superficial y peligroso que pretende identificar el progreso de las ciencias y las artes con el auténtico progreso humano;

2. Segundo, investigar cuales son los males que dominan a la humanidad; y

3. Tercero, intentar poner soluciones encontrar el camino de la perfección del ser humano

La verdadera dificultad en el progreso humano no era la falta de conocimientos científicos, ni tampoco era un problema de índole estrictamente económico, sino un problema ético, pues, como dice en el Discurso sobre las ciencias y las artes, “los antiguos políticos hablaban de incesantemente de costumbres y virtud, los nuestros solo hablan de comercio y de dinero”.

Virtud, por tanto es un concepto clave en la filosofía de Rousseau, para quién tratar por separado la política, la educación y la moral conduce irremisiblemente a no entender nada. Con esta propuesta no es raro que se le criticara e incluso que sus obras más importantes fueran criticadas y condenadas, lo que supuso un duro golpe para Rousseau, y dedicó todos sus esfuerzos a defenderse y justificarse.


EL PROYECTO DE ROUSSEAU
El gran problema para Rousseau era cómo alcanzar y conciliar la auténtica libertad y la igualdad, y pronto se dio cuenta de que “todo dependía radicalmente de la política y por mucho que lo intentara, ningún pueblo sería otra cosa que lo que la naturaleza de su gobierno le hiciera ser” (Confesiones, 9). Por ello Rousseau trató de realizar una obra de filosofía política monumental, que iba a llamarse “Las instituciones políticas”. La empresa resultó demasiado ambiciosa, y aunque la abandonase por imposible, de ella salieron obras como: Discurso sobre la economía política o El Contrato Social.

3. PENSAMIENTO FILOSÓFICO
[Ya hemos dicho que Rousseau no es un filósofo, pero sí hace filosofía práctica (ética estética y política), vamos a verlas y entre tanto hablará un poco de Antropología, pero sólo para justificar sus ideas prácticas.]
3.1. POLÍTICA

Ya desde sus primeras obras Rousseau empieza a trabajar con las ideas clave que desarrollará en todo su pensamiento:

1. El ser humano es bueno por naturaleza, amante de la justicia, de la virtud y del orden. Todos sus primeros impulsos (naturales) son buenos.

2. Es nuestro orden social, nuestras organizaciones sociales corruptas, el que extiende y propicia una progresiva degeneración del hombre.

3. Es absolutamente necesario buscar un remedio, es decir, intentar instaurar organizaciones sociales y políticas legítimas y atender a la formación de los ciudadanos, único modo de regenerar al hombre.


LOS PRIMEROS DISCURSOS (PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA)

En su primer discurso, en un momento en que se identificaba el progreso del saber con el progreso moral, denunció lo que él consideraba la complicidad de las ciencias y las artes en la corrupción de las costumbres.

La idea de Rousseau era la siguiente: las luces (falsas) de la civilización no iluminan sino que ocultan, dividen a los seres humanos (de por sí iguales entre sí), corrompen la naturaleza humana.

Ante esto cabe dos preguntas:
1. ¿Cómo era el hombre en el estado de naturaleza? y
2. ¿Por qué la sociedad produce los efectos que produce?
[Antropología]
 EL DISCURSO SOBRE LA ECONOMÍA


En el primer discurso dejó pendiente una cuestión: si el hombre de la civilización está degenerado ¿cuál es el verdadero hombre?, en este segundo discurso abordará la cuestión; para ello elabora su tesis del “hombre natural”: hablar del hombre natural le permite distinguir en el hombre lo esencial de lo accidental y contingente. El hombre natural es el verdadero hombre, una vez que se despoja de los verdaderos atributos de la cultura, sirviendo de base y de norma ideal para juzgar la organización social presente. De lo que se trata es de buscar una organización social que potencie la naturaleza humana y la respete.

En el estado de naturaleza, al no existir aún relaciones sociales, no habría ni vicios ni virtudes (la única virtud originaria es la piedad: ponerse en el lugar del que sufre); tampoco existe el estado, ni el lenguaje, ni las reglas morales. Por el contrario el hombre del momento vive en una sociedad y cultura complejas. La distancia entre el hombre natural y el actual es abismal. Ahora bien, si no hay nada en el estado natural que nos haya llevado al estado actual: ¿por qué perdió el hombre esa inocencia y se ha visto en el estado actual?, es la sociedad la que institucionaliza la propiedad y con ella la desigualdad entre hombres y se convierte así en la fuente de todas nuestras miserias.

Rousseau muestra la idea de propiedad como descendiente del progreso en otros campos (la técnica, la ciencia…), pero son los ricos los que, al querer asegurarse lo que consideran sus propiedades, obligan a pactar a los que tienen poco, de modo que al menos lo conservan. Y en este pacto, viciado en sí mismo, el que destruye la libertad natural humana, incrementa la desigualdad y conduce a la guerra.

No hay que estar orgulloso de la crítica ilustrada, lo que Rousseau trata de desenmascarar es aquello que vende libertad y felicidad y desvelar la verdad oculta bajo el progreso de las ciencias, las obras entre 1756 y 1762 las dedicará a buscar una solución a esto y proponerla: si hay que evitar la sociedad injusta y corrupta que pervierte a los hombres hay que determinar los principios de una sociedad legítima (objetivo del discurso de economía política y del Contrato Social), por lo que se hace necesario una nueva educación (formar nuevos hombres), estos nuevos hombres serán libres e independientes de toda cultura (el objetivo de este proyecto educativo se encuentra en el Emilio).

UNA AMBICIOSA PROPUESTA: EL CONTRATO SOCIAL

Este artículo fue incluido por vez primera en la Enciclopedia bajo el título “Economía”, es de gran interés porque en él Rousseau adelanta ideas que luego desarrollará en el Contrato Social. Para Rousseau economía adquiere el mismo significado que para Aristóteles: usos, costumbres o reglas para la casa. (Oikos= casa; Nomos=norma, ley) Si la casa es el Estado, estudiar las reglas de dicho Estado será la labor de la economía política. Por lo que las aportaciones más interesantes en el artículo son:

1. La voluntad general: podría decirse que es el tema principal del artículo y el principio básico de la economía política. Es presentada como una regla de justicia de la que deben emanar las leyes, ya la que el gobierno debe someterse para que su propia voluntad particular (atenta a intereses particulares), en el ejercicio de la administración del estado, no obstaculice el interés común. Un estado perfecto sería aquel en el que la voluntad general coincidiese con la voluntad de todos y cada uno de los ciudadanos, un estado en el que reinase el interés común en todas las decisiones, tanto a la hora de legislar como a la hora de gobernar. Mostrar que dicho estado es posible es el tema del contrato social. Pero en el artículo Economía Política, Rousseau no ha resuelto aún la dificultad que supone tomar a los hombres tal y como son, con lo que la voluntad general parece más un concepto utópico que algo real.

2. El valor de la ley: la ley es el único instrumento adecuado para asegurar, por un lado la libertad de los ciudadanos y, por otro, la autoridad del gobierno. En el estado la ley ha de ser expresión de la voluntad general y el poder de hacer las leyes pertenece solo al soberano, es decir, al pueblo. Por lo que si el pueblo se da la ley así mismo, como soberano, es lógico que quiera obedecerla. La gran aportación de Rousseau es la obediencia a la ley y, con ello, la libertad. El sujeto no es un súbdito sometido sino un ciudadano con los mismos derechos y deberes que cualquier otro miembro del estado y el soberano. Rousseau propone un estado en el que ha de ser posible el equilibrio entre el sometimiento al poder (a la fuerza pública, en tanto que sometida a su vez a las leyes, obedece a la voluntad general), y la libertad de cada ciudadano (fundamentada en la desigualdad ante la ley que los propios ciudadanos se han dado).

3. La lucha por la desigualdad entre los hombres: es la ley la que establece la igualdad natural entre los hombres, pero esto es un ideal mientras nos e resuelva el verdadero problema, un estado de las cosas que hace imposible la consecución de cualquier tipo de igualdad. Este grave problema es lo que llama “la extrema desigualdad de las fortunas”: mientras haya ricos que, haciendo de su fortuna poder, someten tiránicamente al pobre que, no teniendo para vivir, se pliega al poder del rico, la igualdad entre los hombres se convierte en algo deseable pero utópico.

Junto a estas tres ideas fundamentales, Rousseau propone una idea puramente ilustrada: es claro que sin una afianzada y práctica de la virtud las leyes sirven para poco, pues los interese particulares dominan a los intereses comunes. Es necesario fomentar el amor a la patria, pero para que los ciudadanos sean auténticos ciudadanos y amen libremente a la patria, no la teman, por encima de todo es necesario infundir unos nuevos valores en los ciudadanos, es necesaria una nueva educación.

EL CONTRATO SOCIAL

Es la obra más importante de Rousseau, en ella se propone averiguar cuál es el orden social legítimo, qué es lo que legitima a ese orden social y cuáles serían los principios universales de toda organización social o política. Ahora veremos lo que dicen los cuatro libros del contrato social:

1. La necesidad del contrato social y sus consecuencias: los hombres viven en sociedades, pero estas sociedades alienan al hombre, en ellas el hombre pierde su libertad e igualdad naturales. La tarea es proponer un nuevo orden social en el que los hombres recuperen su libertad e igualdad perdidas.

Rousseau ve claro que la fuerza con la que el poderoso domina al débil no constituye derecho, que si el débil obedece lo hace por necesidad, no por voluntad, y que únicamente se está obligado a obedecer a los poderes legítimos. El primer problema nos lo encontramos al determinar cuándo un poder es legítimo, bajo qué condiciones puede decirse que un hombre tiene legítimamente autoridad sobre sus semejantes. Y ya que, por naturaleza todos somos iguales, la solución puede ser otra: el único fundamento de toda autoridad legítima entre los hombres será un acuerdo entre ellos, una convención. Pero no todo acuerdo es válido, jamás debería un hombre renunciar a su libertad, esclavizarse, por ello es por lo que el poder de un déspota nunca será legítimo, aunque el pueblo lo acepte, pues su origen será siempre el miedo, nunca la voluntad libre de un pueblo. Entre amo y esclavo hay una relación de agresión, nunca de asociación, es diferente someter a una multitud que dirigir a una sociedad. Renunciar a la libertad es como renunciar a la condición del hombre. La dificultad es la siguiente: encontrar una forma de asociación que proporcione tranquilidad y seguridad al individuo frente a los demás y sus interese enfrentados) y a su vez que permita al hombre ser dueño de sí mismo. Lo que se propone con el nombre de “contrato social” es un tipo de acuerdo gracias al cual los hombres, adquiriendo la condición de ciudadanos, recuperen su libertad y su igualdad esenciales, constituyendo un orden social legítimo. Pero: ¿cuáles han de ser las cláusulas de dicho contrato?: se trata de que cada individuo realice con los demás un pacto según el cual acepte renunciar a sus intereses personales y seguir los dictados de la voluntad general. Y lo que hace de una voluntad, una voluntad general es el interés común que la dirige, no los interese particulares. Así sólo sobre la base de una auténtica comunidad de intereses, solo si todos se someten a la voluntad general es posible establecer un verdadero vínculo social y construir un verdadero vínculo social y construir un cuerpo moral y político, en el que el deber sustituye al verdadero apetito, y la moralidad y la justicia al instinto. Así con el pacto social se pasa del estado de naturaleza al estado civil, produciéndose en el hombre un cambio fundamental y siempre ventajoso.

2. La ley y el legislador: para asegurar la igualdad y la libertad alcanzadas será necesario una legislación, unas leyes. Solo hay ley cuando haya una voluntad general la que la decrete (y no sobre asuntos particulares o privados), en dicho caso es el propio pueblo el autor de las leyes, de las condiciones de su asociación civil. Pero el pueblo no ve siempre el bien que le es propio, así en ocasiones el pueblo necesita que le hagan ver dicho bien, que le enseñen las cosas tal y como son, que le muestren el buen camino que busca, en definitiva el pueblo necesita un legislador (Rousseau no deja de ser ilustrado y cree que tiene que haber alguien que ilumine cuando no hay luz). Dicho legislador no tiene el poder legislativo, que descansa en el pueblo, y menos aún es quién ejerce el poder ejecutivo, ya que quien manda en los hombres no debe no debe dictar las leyes, pero es necesario alguien capaz de redactar las leyes que el pueblo necesita, capaz de expresar la voluntad general en decretos con el fin de regular la vida en sociedad 8teniendo en cuenta las peculiaridades de cada Estado), solo habrá leyes una vez que el pueblo (poder legislativo) las apruebe mediante un sufragio.

3. Poder ejecutivo y la democracia: aún quedan cosas importantes por saber, una de ellas es averiguar a quien le corresponde gobernar (el poder ejecutivo), que relación debe haber entre el gobernante, el soberano y la ley, y cuál será la mejor forma de gobierno. En el estado se distinguen: la fuerza (el poder ejecutivo) y la voluntad (el poder legislativo), y nada puede hacerse sin el concurso de ambos. El poder legislativo pertenece al pueblo, pero no a toda la generalidad del pueblo, en tanto que soberana, también le pertenece el poder ejecutivo, pero éste consiste tan solo en actos particulares y que son leyes. Es necesario un agente que ejerza la fuerza pública de acuerdo con los mandatos de la voluntad general. El gobierno es el encargado de ejecutar lo que manda la voluntad general (aplicar las leyes), por lo que no debe confundirse con el soberano ni con el estado, del que tan solo es una parte más, ya que el estado existe por sí mismo, y el gobierno no existe sino por el soberano, siendo su voluntad la voluntad general, la ley, y su fuerza la fuerza pública concentrada en él. El gobierno es el ejercicio legítimo del poder ejecutivo, siendo el rey el encargado de dicha administración. Para evitar la corrupción del poder Rousseau insiste en la importancia de celebrar frecuentes asambleas y de limitar el tiempo de representación y de gobierno. Sobre cuál será la mejor forma de gobierno dirá: cada una es la mejor en ciertos casos y la peor en otros, y hay que establecer una regla general por la que el gobierno democrático le conviene a los estados pequeños, la aristocracia a los medianos y la monarquía a los grandes, de acuerdo con el principio de que el número de los magistrados supremos debe estar en proporción inversa al de los ciudadanos.

4. El papel y el valor de la religión: de lo que queda pendiente: las características de las votaciones, los tipos de elecciones o la censura; destaca el interés por el papel de la religión. Considera el estudio de la considerándola en relación con la sociedad, distingue tres tipos de religión:


a) La religión del hombre: es un tipo de religión sin templos, sin altares, sin ritos, limitada al culto puramente interior del Dios Supremo y los deberes eternos de la moral, el derecho divino natural.

b) La religión del ciudadano: está inscrita en un solo país, al que proporcionaría sus dioses, tiene sus dogmas, sus ritos y su culto exterior prescritos por leyes, exceptuando la nación que le rinde culto el resto son consideradas infieles, y como tal carecen de valor y de derechos.

c) La religión del sacerdote: en este caso la religión hace que el hombre tenga dos jefes: el celestial y el terrenal. Lo somete a deberes contradictorios y le pide poder ser a la vez devoto y ciudadano. De esta religión emana un derecho mixto que carece de nombre, sería la religión de los lamas, los japoneses y la religión cristiana.

Considera la tercera religión mala: lo que rompe la unidad social no tiene valor alguno, la segunda tendría menos aspectos positivos: reúne el culto divino y el amor de las leyes haciendo así a la patria objeto de la adoración de los ciudadanos a quienes enseña que servir al estado es servir al dios tutelar. Finalmente Rousseau considera que la religión primera: la del hombre o cristianismo del Evangelio es la verdadera, gracias a la cual el hombre, todos hijos del mismo Dios, se reconocen a todos como hermanos, formando una sociedad que no se disuelve ni con la muerte. Pero tiene sus problemas desde el punto de vista político: al cristiano, que solo le importan las cosas del cielo, no le interesa lo que va mal o bien en el mundo, para que una sociedad así funcionase hace falta que todos los ciudadanos sean cristianos ejemplares.

Por lo que para Rousseau el Estado ha de ser laico, no debe tener ninguna religión. Pero se deben tolerar todas, siempre que sus dogmas no sean contradictorios con lo que dice el estado, con sus leyes. El Estado debe ser indiferente respecto a las creencias de cada ciudadano, pero no puede desinteresarse de la lealtad, el bienestar y la ley de los ciudadanos.

[Rousseau no es filósofo y no es capaz de comprender el hecho religioso de manera universal y racional, sólo ve el hecho religioso de su tiempo, en medio de las distintas religiones cristianas de la Europa del siglo XVIII. Su relación con la religión es un tanto cambiante dependiendo de la política, es católico y calvinista, dependiendo de dónde viva, pero también cambia de mujer, de amigos y de orientación ideológica varias veces a lo largo de su vida.

Las instituciones públicas, las iglesias en este caso, son la versión humana de un hecho espiritual y trascendente además de la proyección pública de una tendencia natural del hombre, y como tal tiene que tener una proyección pública y simbólica compartida por un pueblo. No ver esto, por encima de la apariencia es un grave defecto del pensamiento de Rousseau, y por esta razón Rousseau es una anécdota en la historia de la filosofía y no un autor de culto.

La argumentación de Rousseau nos llevaría a una anarquía bonachona e idealista que no se puede dar en absoluto, simplemente porque el hombre no es así, si hubiese una antropología... pero vayamos a la argumentación:
- Si existe el divorcio, los malos tratos y el desamor ---> es preferible que no exista el amor








- Pero si el amor existe como tendencia natural del hombre---> que al menos que no se de en la vida pública, que la sociedad civil no reconozca ninguna unión.






- Si existe el divorcio, los malos tratos y el desamor ---> es preferible que no exista el amor
- Pero si el amor existe como tendencia natural del hombre---> que al menos que no se de en la vida pública, que la sociedad civil no reconozca ninguna unión. 

- Pero si la gente juzga igualmente ---> que cada uno juzgue su afrenta y aplique su pena en privado;


- Si el gobierno de la nación falla y nos roba ---> es preferible que no haya Gobierno alguno,
- Pero si queremos hacer cosas en común ---> que cada uno se organice solo, o con su familia o tribu;
Etc. etc. como ven un pensamiento infantil y poco elaborado]

4. ÉTICA: PROPUESTA PEDAGÓGICA

Rousseau desarrolla su tesis pedagógica en una obra llamada Emilio. Emilio es el nombre del niño protagonista que, desde el comienzo de su vida, será educado por un preceptor. Lo que pretende Rousseau es mostrar un modelo educativo, que debería ponerse en práctica para lograr hombres felices y buenos ciudadanos:

1. El papel de la educación: el hombre que vive en sociedad no puede servirse del instinto para conducirse en la vida (lo propio del estado de naturaleza), la educación se convierte en un importante instrumento, ya que es lo único que puede proteger al hombre de los efectos perniciosos de la civilización y permitirle desarrollarse como ser moral y social. Así, la labor fundamental del preceptor es hacer que no se corrompa la naturaleza del hombre: ser bueno, para ello debe partir de lo que Rousseau llamó “educación negativa”: la labor es saber combinar lo social o cultural con lo natural en el hombre. La tarea del preceptor es educar al hombre, desde que es niño hasta que alcanza la madurez. Así pues, la etapa más importante es la niñez, en la que la educación negativa es fundamental: no se trata de enseñar la virtud o la bondad, sino de proteger al niño del vicio y del error.

2. La educación en la infancia: el ser humano pasa por distintas etapas, cada una con sus peculiaridades, y el educador debe respetar el despliegue progresivo de las distintas facultades humanas. Emilio será educado en el campo, apartado de las influencias de la sociedad, de los libros e incluso de su propia familia, y el preceptor deberá esforzarse para que vaya extrayendo lecciones de su propia experiencia. Rousseau propone tres principios fundamentales: evitar que el niño adquiera hábito alguno que pueda enturbiar su natural inocencia, desarrollar su libertad, y hacerlo fuerte, es decir, capacitarlo para hacer aquello que realmente desee. Así ser libre consistirá en actuar conforme a lo que se quiera, ya que el hombre es bueno por naturaleza, y si el niño está en ese estado de naturaleza no obrará mal nunca, y que esté dispuesto a hacer lo que su voluntad le dicte, en esto consiste ser fuerte.

3. La educación del adolescente: el procedimiento educativo que sa había tenido con el niño hay que cambiarlo al llegar a la edad de la razón y de las pasiones (de los quince a los veinte años). Durante este periodo hay que ordenar las pasiones del joven e instruirlo en el orden moral. Las únicas pasiones propias del ser humano son: el amor de sí mismo y el sentimiento de piedad, que evita que el amor se cierre sobre sí mismo. Estas pasiones han de permanecer puras.

4. Educación y religión: hay que educar en lo que se llama “religión natural”, opuesta al agnosticismo, al ateísmo y materialismo de algunos filósofos. La religión del hombre aquella que solo promulga el amor a Dios.

5. Los frutos de la correcta educación: ahora llega el momento de integrar al alumno en la vida social y política, para lo que al menos es necesario que el joven unas condiciones imprescindibles: que persista en el deseo de alcanzar la verdad, que sepa ser tolerante y que no se deje llevar por las pasiones.

UN INTENTO DE AUTOJUSTIFICACIÓN

Ente 1765 y 1776 Rousseau escribió una serie de obras, de carácter autobiográfico y que trataban de justificar su obra. Para defenderse de las acusaciones de impiedad, en 1762 escribe una Carta a Cristophe de Baumont (arzobispo de París que condenó el Emilio), y es entre 1763 y 1765 cuando escribe Cartas desde la montaña. Hasta que en 1776 cuando escribe su obra Ensoñaciones de un paseante solitario, en la que se presenta como un hombre alejado de la sociedad, que busca la felicidad en el disfrute sereno , reposado, de su propia existencia solitaria en medio de la naturaleza.

6. INFLUENCIAS DE ROUSSEAU

Formidable representante de la Ilustración no fue un pensador convencional, sin embargo sus planteamientos fueron rechazados, por incomprensión de su obra en la época. Con el nace el género de la autobiografía moderna (confesiones). Aún así fue el autor que más influyó en la Revolución francesa y que su obra fue declarada un referente para el pensador más influyente de la Ilustración: Inmanuelle Kant. Rousseau encabeza en el siglo XVIII la reacción frente al liberalismo de autores como Locke, y la legitimación de la propiedad privada “capitalista”, en lo que siguieron algunos moralistas del siglo y uno de los personajes más activos de la Revolución francesa: Robespierre. 

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